La Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas de la Sagrada Familia ha realizado, a lo largo de su historia centenaria, una tarea pedagógica con la infancia y juventud marginadas.
Fundado por Luis Amigó y Ferrer, capuchino, en 1885 en Montiel – Benaguacil (Valencia), tiene marcada como tarea desde sus Constituciones iniciales “… El socorro de las necesidades corporales y espirituales de sus prójimos en los hospitales y asilos o casas de enseñanza, particularmente orfelinatos”. Desde entonces “Trabajamos con solicitud y desvelo en el campo de la educación, protección y reeducación de la niñez y de la juventud, en la asistencia a los enfermos, en la acción pastoral de la Iglesia y en los ambientes y lugares de Evangelización Inicial o “Misiones”. (Const. 59, a)
Luis Amigó, destinado en Montehano (Santander), visita con frecuencia el penal de Santoña. La presencia de jóvenes en aquel lugar le descubre una realidad social de urgente atención: niños abandonados, huérfanos, niños de la calle sin instrucción, jóvenes delincuentes. Su respuesta es fundar dos Congregaciones: Terciarias y Terciarios Capuchinos (1885-1884) que trabajen en la rehabilitación de estos menores con métodos más humanos y cristianos.
Mientras la obra se consolida, se va creando un estilo propio de trabajar con la infancia y juventud en situación de riesgo. Estilo basado en el amor, la cercanía y la dedicación plena: sistema preventivo de trato cariñoso, basado en la persuasión, el tratamiento individualizado y un “clima de familia” donde se comparten intereses y se diversifican responsabilidades.
A partir de ahí, se inicia un camino de profesionalización y especialización del personal educador y una colaboración permanente con la Administración, en respuesta a la demanda social especializado. En los primeros albores del siglo XX (1905-1913 aproximadamente) Luis Amigó envía a tres de sus Religiosas a París para estudiar las nuevas técnicas de la psicología y la pedagogía.
En esta tarea ha habido siempre una constante en la forma de ser y de trabajar con los menores. Una filosofía y unos principios que han servido de base a un sistema pedagógico propio que ha ido cuajando , desde la experiencia vivida y fielmente transmitida, a un Proyecto Educativo en el que se presenta el desarrollo del sistema pedagógico de las Terciarias Capuchinas , enmarcado en los diversos contextos culturales en los que se realiza nuestra tarea educativa
POLÍTICA DE CALIDAD
La política de calidad de las HH. Terciarias Capuchinas, en el campo del menor, se establece como instrumento que ajusta nuestra actividad educativa (Misión, Visión y Valores) a la normativa vigente (1) para obtener mayor calidad (2) y calidez, si cabe, en nuestra práctica educativa. Esta política ha sido establecida de forma consensuada y con la aprobación de todos los equipos educativos y directivos de la Provincia.
MISIÓN: Constituye la razón de ser de nuestra Congregación. “Trabajamos con solicitud y desvelo en el campo de la educación, protección y reeducación de la niñez y de la juventud, en la asistencia a los enfermos, en la acción pastoral de la Iglesia y en los ambientes y lugares de Evangelización Inicial o “Misiones”. (Const. 59, a)
VISIÓN: Mantenernos abiertas a las situaciones cambiantes de nuestro tiempo para responder, desde nuestro carisma, a las necesidades más urgentes de los niños y jóvenes de nuestro mundo, en sus circunstancias concretas de riesgo y exclusión.
VALORES: Los valores que fundamentan e inspiran nuestro Sistema Educativo, a lo largo de sus 125 años de historia, desde la experiencia vivida y fielmente transmitida, constituyen el marco de referencia de nuestra actividad educativa.
La persona como centro y cima de toda la actividad creadora
La atención preferencial a los más pobres y necesitados (El Evangelio).
La familia como primer núcleo de educación y socialización y fundamento de toda sociedad que se precie de serlo. Somos HH. TT. CC. de la Sagrada Familia
Apoyo y defensa de la vida a todos los niveles, como don más preciado de toda persona.
La educación integral de los menores, en todos sus ámbitos, desde una perspectiva humanista y cristiana, y con la actitud del Buen Pastor (El Carisma).
(1) y (2) La Orden de las Hermanas Terciarias Capuchinas Provincia Sagrada Familia dirige todos sus esfuerzos a conseguir la satisfacción de las necesidades de los menores acogidos, velando por el cumplimiento de todos sus derechos, dentro del cumplimiento de los requerimientos legales.